Federico Brítez

“La nominación es una alegría para mí y para nuestra profesión”

 
 

En septiembre de este año los transeúntes de la ciudad de Posadas se encontraron en la plaza 9 de Julio con un joven enfermero que ofrecía enseñar reanimación cardiopulmonar (RCP) a quien quisiera y de manera gratuita. Numerosas personas se detenían para ser instruidas sobre esta maniobra que lleva apenas unos minutos, pero que es crucial para salvar una vida.

El joven se llama Federico Brítez (27), es enfermero egresado de la Escuela de Enfermería que depende de la Universidad Nacional de Misiones y uno de los diez nominados en esta nueva edición del premio al Misionero del Año.

“Para mí es un honor estar nominado. Nunca pensé estar nominado para un premio, pero obviamente a uno lo pone contento porque es una manera de reconocer no sólo mi trabajo como enfermero, sino también el trabajo que vienen realizando todos mis colegas durante esta pandemia. Que un enfermero esté dentro de los diez nominados es una alegría para nuestra profesión y para mí también”, señaló el profesional en diálogo con El Territorio.

Actualmente es coordinador del Caps 32 de Itaembé Miní, no obstante, trabajó también en el Ejército, después como enfermero asistencial en el Hospital Baliña, donde también fue jefe de enfermería. Se desempeña en la enfermería desde 2017 y en los próximos días rendirá su examen final para conseguir la licenciatura de esta carrera que tanto le apasiona.

Sobre cómo nació la iniciativa de ofrecer sus conocimientos en la vía pública, comentó: “Surgió sobre todo a partir del compromiso social que asume uno al ser egresado de la universidad pública. Siempre digo que me debo a la universidad pública y a la sociedad que aportó para que yo pudiera estudiar, porque si no, no hubiese podido ya que vengo de una familia humilde. Es una manera de devolverle a la sociedad la oportunidad de estudiar que me dio”.

Federico sostuvo que tuvo una buena devolución por parte de la gente que se acercó a él, que no fueron solamente adultos los interesados, sino que también niños y adolescentes se mostraron conscientes de los beneficios de estas herramientas para la vida y para poder ayudar a alguien que está sufriendo una descompensación cardíaca.

“La gente se mostró súper agradecida, entusiasmada. Para dar un ejemplo, docentes de Andresito juntaron plata para mi combustible para que pueda ir hasta allá y darle charlas a varias personas de la comunidad. Para mí eso fue algo que me llenó de alegría, ver su entusiasmo por querer aprender algo que nos sirve a todos y es muy simple”, cerró Federico.

 

© 1999 - 2024 - elterritorio.com.ar