Liliana plantea que su ánimo solidario y el de quienes la rodean viene desde hace mucho tiempo atrás, casi de manera innata y que explotó en la adolescencia y finalmente hace alrededor de cuatro años cuando junto a un grupo de voluntarios comenzó lo que hoy es Sembrar Misiones. La fundación solidaria con sede en Apóstoles, tiene diversas acciones concretas que comenzaron simplemente con el anhelo de contagiar empatía y espíritu navideño.
Alimentos, ropero solidario, pañales para bebés y adultos, canastas para desempleados, elementos técnicos para discapacitados y pasantías solidarias para universitarios son algunas de las asistencia que brinda esta organización ad honorem y a todo pulmón que reune aproximadamente a más de 50 voluntarios.
“Una persona sola no lo podría hacer”, estimó Liliana sobre la tarea que desempeñan en la asociación que inició junto a familiares y amigos.
En esa línea destacó que el nombre de la fundación se debe a la idea que tienen de “sembrar esperanza a la gente, de sembrar algo bueno”. “Nace desde ahí, de querer conformar un equipo que tenga ganas, esa necesidad de ayudar, que tenga ese mismo sentir”, comentó la apasionada docente, madre de tres.
Convencida de la labor solidaria, remarcó la necesidad de reconocer las acciones que realizan muchísimas personas, desde el anonimato, en las iglesias, los comedores, las escuelas.
“Muchas veces se piensa que con poco no vamos a hacer el cambio, pero la ayuda es el cambio que nosotros generamos en nuestra sociedad, el granito que aportamos como personas desde el lugar en el que estamos. Cuando invertimos el tiempo para ayudar, para servir al otro, es ahí donde generamos el impacto y dejamos de ser egoístas”, postuló al considerar que la solidaridad es contagiosa.
En esa línea, planteó que no sólo buscan donar objetos, sino ayudar a la gente generar nuevas ideas. Por eso también suman talleres de oficios que potenciarán con las pasantías universitarias aún más próximamente.
Entendiendo que la esencia de la vida es ayudar y servir al otro, alegó: “Me encanta lo que hago, esto es lo más gratificante y todo lo que le puedo devolver o sembrar a la vida por todo lo que tengo, compartir lo que tengo”.
En ese marco e impulsando el espíritu servicial en todo el que puede, alentó que “Si realmente está en nosotros el sentir, el servicio en nuestro corazón, siempre nos hacemos un tiempito para ayudar”.