Karina Salvatierra

“Nunca hay que rendirse pese a los obstáculos y las adversidades”

 

Nunca rendirse a pesar de los obstáculos y adversidades y disfrutar de lo que hacen. Que sean felices haciendo investigación y no hacerlo por obligación”. La frase le corresponde a Karina Salvatierra (44), la científica misionera que construyó un laboratorio en un contenedor. Madar ubicado en el Campus Universitario es el resultado de años de estudio y perseverancia. Fue un proyecto seleccionado en el “Programa de fortalecimiento de las capacidades institucionales para la investigación en enfermedades emergentes y endémicas”, financiado por el Ministerio de Ciencia de la Nación. Es único en la región dado por la infraestructura, diseño e innovación tecnológica. Allí se podrán realizar investigaciones en cultivo celular, tecnología que hasta el momento no había en la provincia.

Salvatierra es posadeña, egresada de la Facultad en Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones (Unam), con dos másters y un doctorado en Biotecnología, en Valencia, España.

Además de científica e investigadora, se desempeña como docente de microbiología y virología en la carrera de Bioquímica en la Unam y, como si fuera poco, integra el Proyecto Pais, que consiste en la vigilancia genómica de variantes del coronavirus.

“Este reconocimiento me sorprendió, significa un empuje para seguir dando todo de mí en la investigación científica y en la vida universitaria. Por ahí no se ve lo que hacemos los científicos en el laboratorio día a día, entonces esto es una gran satisfacción”, sostuvo en referencia a la postulación para el premio Misionero del Año.

“Los científicos en todos los ámbitos trabajamos para mejorar el planeta, con esa convicción”, destacó con orgullo y agregó “uno motiva a los demás a seguir ciertos rumbos, todo lo que se hace en ciencia deja un legado”.

“Me moviliza generar cosas relacionadas a la ciencia, es buscar respuestas y soluciones. En este caso a lo que me dedico es en enfermedades infecciosas, como buscar antivirales”, confesó.

Volvió a Misiones en 2016 para volcar todo su conocimiento. El motor de su búsqueda incansable es “encontrar la solución para el problema que padece el paciente; entender por qué se comporta un virus, cómo lo hace, a qué se debe, etcétera”.

Pero no todo en la vida es fórmulas y laboratorio, la científica también necesita un cable a tierra. Le gusta hacer deportes, leer libros y escuchar música.

 

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