Con su carisma y simpatía al enterarse de su nominación y ubicarse entre los 10 candidatos al Misionero del Año, la atleta obereña y, especialista en lanzamiento de bala, Mahira Bergallo se mostró contenta y agradecida por ser parte de una lista selecta que año a año premia el rol social de los protagonistas.
Es el moño para un 2021 cargado de emociones para la misionera que llevó sus cualidades de deportista y de buena persona a Tokio. En la capital japonesa, Mahira conquistó el título de paralímpica y es espejo positivo para las personas con discapacidad que luchan día a día por cumplir metas y ganar espacios de inclusión.
“Me sorprendió. Es muy importante no porque me nominen a mí, sino porque eligen al deporte adaptado y es un orgullo porque siento que represento al deporte y está bueno que se pueda visualizar; me siento orgullosa. Le conté al Chino -su entrenador Jorge Flores- y nos quedamos re contentos por lo que significa esto”, compartió contenta.
El 1 de septiembre pasado, hizo un lanzamiento de 7,76 metros, su mejor marca hasta ese momento y fue 7ª en los Juegos Paralímpicos de Tokio, por lo que en su valija trajo a la provincia un diploma en su estreno en la máxima cita a sus 20 años y también un mensaje de superación. Es que su convocatoria se dio en tiempo récord ya que a meses de la cita logró una invitación especial del Comité Internacional sostenida por sus grandes marcas.
“Desde mi participación en Tokio mucha gente me escribió, algunas que conocía como otras que no, y personas que me decían que les gustaría, por ejemplo una mamá, que su hija que tiene una discapacidad pueda salir adelante como lo hice yo y eso me llena mucho”, reflexionó Mahira.
Además, desde su paso por la máxima competencia, muchos chicos también se sumaron al grupo de entrenamiento en el Ian Barney, de Oberá. “En la pista desde los más chicos a los más grandes me saludan, nunca pensé que iba a tener tanto cariño, aprecio y aceptación de la gente. Muchas personas me dijeron que se dieron cuenta, desde mi participación, que pueden llegar a una meta y eso me llena. Habla de que uno puede ser ejemplo de motivación para otros y eso es una gran felicidad para mí”.
“Si bien nací con parálisis cerebral, nunca me dieron un diagnóstico y lo tomaba como algo normal al igual que mi familia. En el colegio siempre me preguntaban por qué caminaba así y no sabía qué responder...aprendí a convivir con eso”, dijo.
En 2014 la obereña practicaba atletismo convencional en el playón de su escuela Normal Superior 4 con destacadas actuaciones. Con el tiempo llegaron los Juegos Evita, las medallas, la consideración para integrar la selección argentina; y su carrera resultó meteórica. No pararon los torneos, sus avances en sus registros en sus lanzamiento y su participación en los Paralímpicos este año, donde se consagró la 7ª mejor del planeta en la categoría F-35.